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Si estás emprendiendo seguramente tienes miles de pendientes en la cabeza. Hay que sacar a flote el nuevo negocio y se pierden muchos detalles. Hay errores comunes que puedes evitar con un poco de atención. Si es la primera vez que tienes un negocio propio, aquí tienes una lista de los problemas que suelen tener las empresas que comienzan:
No tener un plan de negocios. Un plan te dice qué quieres conseguir y cómo lo lograrás. Sin este requisito, prácticamente cualquier proyecto está destinado al fracaso. Al comenzar un negocio es indispensable hacer un plan. Incluye tus metas y recursos. Por ejemplo, la definición de tu oferta de valor, de tus consumidores y las estrategias para acercarte a ellos.
No reconocer una oportunidad de negocio clara. Cuando comenzamos una empresa siempre tenemos una idea visualizada. Pero hay que darle forma y para eso es indispensable reconocer las oportunidades de negocio. Las mejores aparecen cuando algo falta en el mercado actual o no se está explotando suficiente. Por ejemplo, si vendes repelentes de insectos y en tu localidad hay problemas de transmisión de enfermedades como el dengue, es importante recordar lo importante que es adquirir tus productos para evitar contagios.
No tener objetivos claros. Si no tienes claro lo que quieres conseguir será casi imposible que logres algo. Antes de tomar cualquier acción en tu negocio es importante que establezcas objetivos. Tanto a corto, mediano y largo plazo. No tienes que definir un gran objetivo siempre. Por ejemplo, aumentar la cartera de clientes de tu empresa de marketing digital en un 5% es un objetivo claro. Para conseguirlo tendrás que definir acciones, tiempos y presupuesto, esto te ayuda a saber cuál será el siguiente paso en todo momento. Así sea un aumento en las ventas, abrir una nueva sucursal, cobrar a los clientes morosos, si tienes un objetivo claro será más fácil saber qué hacer.
Ignorar al mercado. Un modelo de negocio que funciona ahora no lo hará para siempre. Es vital seguir el comportamiento del mercado. ¿Qué se está vendiendo bien, qué no? ¿Tienes competencia o tu producto o servicio es único? ¿Hay alguna tendencia entre tus consumidores? La sensibilidad del mercado te ayudará a emprender acciones para que tu negocio siga funcionando. Si uno de tus productos deja de ser popular, es un error seguir comercializándolo, parece obvio pero muchos negocios no lo notan a tiempo y fracasan por eso.
Descuidar el talento. Las personas que trabajan para tu negocio son tan importantes como los clientes. Algo que los jefes suelen olvidar es que los resultados de la empresa dependen del equipo humano. Detecta las necesidades de tus empleados a tiempo y ayúdalos a desarrollarse para que aprecien a la empresa y den lo mejor de sí. Cada empleado tiene necesidades diferentes, algunos querrán conseguir un mejor puesto, otros recibir un reconocimiento, aprender nuevas habilidades. Todo juega a favor de tu empresa si lo sabes aprovechar. Sin embargo, algo común es que se les pida repetir las mismas acciones siempre sin ofrecer ningún tipo de avance y así es muy probable que te abandonen en cuanto tengan la posibilidad de hacerlo.
Intentar sobrevivir sin promoción. Puedes tener el mejor producto o servicio pero si no se lo das a conocer a tus consumidores no servirá de nada. Es importante buscar los medios adecuados para hacer que las personas interesadas en tu negocio sepan que existe. Hay todo tipo de recursos para promocionarte. Por ejemplo, un anuncio colocado estratégicamente en la calle o en una página de internet.
Hacer acuerdos sin sustento legal. Si comienzas tu negocio es muy común que recibas a todo tipo de inversores: familia, amigos, conocidos e incluso personas a las que has tratado poco. Si quieres que tu negocio funcione debes establecer las condiciones de trabajo siempre. Así evitarás desfalcos o que se tomen acciones que afectan a los demás sin consultar.
Desconocer las regulaciones gubernamentales. Esta es una causa común de pérdida de dinero y el cierre de los negocios. Antes de echar a andar tu emprendimiento investiga los permisos que requieres para que funcione, así como tus derechos y obligaciones. El no conocer una ley o un reglamento no evita que debas cumplirlo y si cometes una falla podrás recibir una sanción.
Antes de avanzar, reflexiona: ¿estás cometiendo alguno de estos errores en tu negocio? Si encuentras uno de ellos es momento de solucionarlo. Si no sabes cómo, busca apoyo de asesores con más experiencia.
De acuerdo con las necesidades de tu negocio también es posible que un mentor ayude con las soluciones. No tiene nada de malo reconocer las fallas. El gran error sería permitir que sigan ahí.
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